MUEL Y SU CERÁMICA


El municipio zaragozano de Muel se coloca en el mapa de la cerámica nacional y europea hace ya muchos siglos atrás. Son múltiples los testimonios que nos hablan de la loza o cerámica de Muel desde hace casi mil años. Un largo recorrido en el tiempo con sus luces y sus sombras. 
Ya en el siglo XI se tiene constancia de la llegada a Zaragoza de los primeros azulejos procedentes de los alfares muelanos y por documentos del siglo XV se sabe que la cerámica de Muel llegó con gran éxito al Castel Nuovo de Nápoles. 
Fue sin duda un periodo de esplendor ayudado, sin duda, por la expansión geográfica de la Corona de Aragón por el Mediterráneo.
En el siglo XVI el sector cerámico llegó a su máximo desarrollo. Los alfares construidos en el municipio llegaron a ocupar una extensión de más de medio kilómetro cuadrado por lo que casi todos los habitantes del pueblo se dedicaban a la alfarería, alumbrando piezas que actualmente se encuentran en importantes museos y colecciones privadas como el Museo Arqueológico Nacional y el Museo de Bellas Artes de Zaragoza.


La expulsión de los moriscos de Aragón en el año 1610 provocó un gran impacto socio-económico y también a nivel artístico y cerámico en la zona. Se sabe con seguridad que a comienzos del siglo XVII la cerámica de reflejo metálico o dorada, la más bella y peculiar, desaparece y aunque en el municipio se siguió produciendo cerámica en cantidad y calidad fue ya con otros estilos nuevos que fueron apareciendo.
Poco a poco, como en tantos otros lugares de España, esta industria fue languideciendo. El éxodo rural y la Guerra Civil provocaron que a mitad del siglo XX no quedara en el lugar ni un horno ni un alfarero en actividad.
Hoy en día la industria alfarera de Muel se encuentra en uno de sus momentos de mayor apogeo gracias al impulso dado por las Administraciones Públicas. En la actualidad existen seis talleres alfareros en activo dedicados a la cerámica popular y algunos de ellos, a una cerámica más creativa también y además existe un Taller-Escuela de Cerámica y el más reciente Museo de la Cerámica de Muel.

Una situación que invita al optimismo sobre el futuro de Muel y su cerámica.



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